jueves, 29 de enero de 2009

EpC: Cuestión de conciencia


Ayer se conoció la sentencia del tribunal Supremo sobre el derecho de los padres a objetar en conciencia contra la EpC. Las asociaciones que reclaman ese derecho esperan conocer el texto de la sentencia para hacer una valoración de la misma. Sorprende que la ministra Cabrera publicara su comunicado en “YouTube” el 26 de enero.

Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre (San Sebastián 1961), obispo de Palencia, es una de las mentes más preclara de la Iglesia. A continuación reproduzco la nota que Monseñor Munilla ha elaborado sobre la polémica asignatura:

Al conocer la decisión del Supremo que sentenciaba en contra del derecho de cuatro padres a la objeción de conciencia contra la EpC, Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia, declaraba con nitidez: “Esto es sólo una escaramuza, y no el fin de la batalla”. Por ello, como la sentencia de los tribunales no prohíbe ni deja en suspenso nuestra capacidad de razonar, me permito aportar unas reflexiones sobre la “objeción de conciencia”, con la intención de profundizar en un debate que continúa, y está más abierto que nunca:

Un ejemplo concreto: objeción al servicio militar

En su día, en España se aceptó el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar. El caso era muy delicado, habida cuenta de las consecuencias prácticas de la objeción: otros soldados tendrían que asumir la tarea de la defensa nacional, con riesgo de sus vidas. En aquella ocasión, el Estado eximió a los objetores de su deber de contribuir a la defensa nacional, en virtud de los motivos de conciencia que alegaban. De esta forma, se reconocía que el respeto de la conciencia del individuo, es un bien superior al acatamiento de una determinada forma de organizar la sociedad.
Y en el caso presente, ¿no estamos ante un evidente agravio comparativo? Cuando un padre discierne en conciencia que su hijo no debe cursar la Educación para la Ciudadanía, toma una decisión que afecta exclusivamente a su familia, sin consecuencias gravosas para terceros. La objeción a la EpC no conlleva que los compañeros del objetor tengan que cargar con sus deberes, como era el caso del servicio militar. ¡Es verdaderamente difícil entender la negación de la objeción de conciencia en un ámbito tan familiar y personal como el que nos ocupa! No es de recibo que el principio de objeción de conciencia sea reconocido o rechazado, dependiendo de si la materia de la objeción es considerada políticamente correcta o no.

¿Objetar a las matemáticas?

Durante los tres días en los que se ha prolongado la reflexión del Supremo -¡no parece que la cosa esté tan clara, cuando el debate ha durado más de veinte horas!-, hemos escuchado comentarios del siguiente tenor: “Si el Tribunal concediese la objeción a la EpC, los padres podrían llegar a objetar hasta a las matemáticas”.
Una afirmación tan peregrina, deja al descubierto la existencia de dos posturas de partida bien diferentes: la de quienes creemos que los padres no son “tontos” y saben elegir mejor que nadie lo que conviene a la educación de sus hijos; y, por otra parte, la de quienes piensan que no se puede confiar en los padres, sino que es el Estado quien tiene la primera y última palabra en lo que respecta a la educación de los hijos.

¿Qué es la objeción de conciencia?

La objeción de conciencia es la negativa de un individuo a cumplir una norma del ordenamiento jurídico, por entender que es incompatible con un determinado valor moral percibido por la propia conciencia. Aunque, ciertamente, tenemos el deber de cumplir aquellas leyes que dicta la legítima autoridad, tampoco podemos olvidar que la conciencia del individuo está comprometida, en la búsqueda del bien, con otras instancias morales o éticas.
Tiene muy poco sentido el que sea un tribunal quien dirima si los contenidos de la EpC vulneran las convicciones morales de los padres. ¿Eso quién tiene que decidirlo: un tribunal o los propios padres? Si se niega a los padres ese discernimiento, en la práctica no se reconoce el derecho a la objeción de conciencia.
No estará de más volver a leer la argumentación de la Sentencia del Tribunal Constitucional del 11 de abril de 1985, en la que se pronunciaba sobre el reconocimiento a la objeción de conciencia: “Cabe señalar, por lo que se refiere al derecho a la objeción de conciencia, que existe y puede ser ejercido con independencia de que se haya dictado o no tal regulación. La objeción de conciencia forma parte del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y religiosa reconocido en el artículo 16.1 de la Constitución y, como ha indicado este Tribunal en diversas ocasiones, la Constitución es directamente aplicable, especialmente en materia de derechos fundamentales.”
Cuando en un Estado existe una marcada tendencia a ningunear el principio de subsidiariedad, entonces el derecho a la objeción de conciencia se convierte en un obstáculo para poder lograr el fin perseguido: ¡Más “Estado” y menos “sociedad”! Sin embargo, los cristianos creemos firmemente que la familia –no el Estado, ni el partido político- es la célula básica de la sociedad, y esperamos que nuestra legítima visión de la existencia tenga plena cabida y reconocimiento en el orden constitucional español.
Como hijos de María, en las circunstancias presentes recordamos con plena confianza la promesa de nuestra Madre: “¡Al final, mi Inmaculado Corazón triunfará!”

8 comentarios:

Julio Andradas dijo...

Hay que esperar a leer la sentencia al completo cuando sea publicada,pero francamente huele muy mal,a pútrido y corrompido,que tres dias antes de reunirse los magistrados,la Ministra hubiese grabado un video colgado ahora en you tube donde celebraba la sentencia.
Dicho esto,denegar a los padres un derecho constitucionalmente reconocido, es una aberración jurídica que no hay por donde cogerla.
Y es que estamos asistiendo a la demolición de la Constitución por la vía de los hechos.
el tiro de gracia será la sentencia del Constitucional que dará validez al Estatuto de Cataluña.
Y un país sin Estado de derecho,sin seguridad jurídica está condenado al desastre.

Las ideas de JEUGENIO dijo...

Magnífico y muy documentado post.
Precisamente hace menos de una hora he publicado en mi blog otro artículo que hace referencia a este mismo tema y que me tiene, como a tantos otros españoles, INDIGNADO; por mi parte publicaré y aunque sea humildemente influiré todo lo que me sea posible en desprestigio de la EpC y apoyo a los padres y niños.

GFO dijo...

Sin valorar la sentencia,por que aún se ha hecho pública, y hay que leerla con atención, para ver como se justifica por los magistrados del Supremo,el hecho de que se obvie y se pase por encima,nada más y nada menos que del artículo 27 de la Constitución que reconoce,textualmente "el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones", hay otros hechos que valorar, y que demuestran la podredumbre,la absoluta inseguridad jurídica que hay en España, y que implica que la separación de poderes no existe y la putrefacción llega hasta las últimas instancias.
La ministra de Educación, Mercedes Cabrera ha reconocido que el vídeo sobre el fallo del Tribunal Supremo sobre EpC fue grabado antes de que los magistrados se reuniesen.
¿Cómo es posible,por tanto,que conociese cual iba a ser la sentencia?.
¿Cómo puede decir en el video grabado el dia 26 "El Tribunal Supremo acaba de dar a conocer un fallo que establece (...) ", con las que se daba a entender de forma clara que el vídeo se había grabado una vez el fallo del TS era público?.
Esto es de una gravedad total,que pone en solfa al Supremo y desprende un tufo a prevaricación terrible.

Anónimo dijo...

José Miguel:
Todo este proceso esta rodeado por un tufillo, el Tribunal Supremo ha cubierto de "gloria". El tratamiento informativo por El País y Cuatro pone de manifiesto la importancia de ganar la objeción, Soy padre objetor y animo a todos los padres a seguir luchando, porque se puede y se debe ganar.

Anónimo dijo...

Estoy profundamente apenado e indignado de vivir en este país y sólo me explico que me quede por, como y tal dice en el video, por que estoy enamorado de él y tengo la esperanza de que la situación cambie.
La verdad es que cuando creo que estamos curados de espanto, llega el gobierno y nos vuelve a sorprender. Es de vergüenza lo que ha sucedido con la EpC pero que podemos esperar de que se nos violen nuestros derechos cuando ni siquiera se respetan los pilares de la independencia y no ingerencia entre los tres poderes públicos. De pena.

Anónimo dijo...

¿Eduación para la ciudadanía?, ¿Desde cuando el estado decide como educarnos?
¿En qué momento hemos perdido el juicio?
Yo como hijo, me educaron mis padres (mejor o peor), pero con todo su cariño y atención y a mi el estado no tiene porque decirme que es bueno y que es malo y lo que es o no respetable o aceptable,
y tampoco lo quiero ni para mi hermano (que le va a tocar seguro estudiarlo), ni en el futuro lo querré para mis hijos, es absurdo que el Estado decida como debemos educar a los más jóvenes, y en mi opinión, esto lo hace para moldearlos a sus ideales, por favor,el Estado no es mi padre, para decirme que tengo o no que ver normal, para eso estan los valores familiares, y eso existe desde que el hombre empezó a vivir en sociedad, no los destruyamos ahora.

Ceres dijo...

Para que nuestro querido presidente tenga conciencia, no le hace falta ser como Pinocho, que ya lo es, y sus mentiras a pesar de no crecerle como la nariz, tienen en común el no tener conciencia. Sólo que en el caso de Zapatero era conciencia no sería 1 grillito, sino más bien debería ser un dinosaurio

Anónimo dijo...

Yo recuerdo que de pequeño estudiábamos F.E.N. (= Formación del Espíritu Nacional) y era muy criticado por los progres porque era adoctrinarnos en la Dictadura.

Hoy el adoctrinamiento lo hacen ellos.

Y es que, como dice el refrán, los extremos siempre coinciden.