lunes, 7 de julio de 2014

Un poco de escolástica


Vivimos tiempos convulsos en el campo de la política. El próximo año se celebrarán elecciones municipales y generales. Por tal motivo, veremos como los aparatos de los partidos se esforzarán por nombrar a las personas más idóneas para encabezar las listas que concurrirán a las  elecciones.
Quizás sea oportuno recordar la siguiente anécdota atribuida a santo Tomás de Aquino. “Iban a elegir a un Superior religioso. Propusieron a uno muy sabio, y respondieron: qui sapiens est, erudiat nos; el sabio que nos enseñe la doctrina. Y a otro, muy santo, le dijeron: qui santus est, santificet nos; el santo que nos santifique. Por fin llegó uno, muy prudente, y exclamaron; qui prudens est, gubernet nos; el prudente ese sirve para gobernar”.
Hoy más que nunca, tal como nos recomienda santo Tomás, necesitamos de políticos prudentes; y si son sabios y santos, mejor aún.

2 comentarios:

octavio real gil dijo...

Excelente artículo que nos hace reflexionar sobre la importancia hoy día de practicar esta virtud.
La prudencia es la madre y el fundamento de las restantes virtudes cardinales : justicia, fortaleza y templanza y por tanto sólo el que es prudente puede ser por añadidura justo, fuerte y templado.
Para el pensamiento actual,
impregnado de materialismo por los cuatro costados,lo prudente está emparentado más con lo meramente útil (bonum utile) que con lo noble (bonum honestum) siendo así que sólo mediante esta facultad perfectiva de la prudencia nuestros gobernantes podrán dirigir sus tendencias instintivas hacia el bien.

José Miguel dijo...

Octavio, gracias por tu acertada reflexión sobre la virtud de la prudencia. Y enhorabuena por tu libro "La crisis vista desde el Monopoly", ideal para divertirse leyéndolo este verano en cualquier punto de nuestra geografía.